-ElectroChemicals- Las falacias de una persona comiendo manzana.
También en Deviant >
http://electrochemicals.deviantart.com

22 de julio de 2008

Memories.

Si me dejas, los voy a matar. Uno por uno. Los haré desaparecer de una forma lenta pero agresiva, no serán más que aire -- y si es que lo logran. Si me dejas, no será nada de ellos. No habrá forma de recuperarlos. Nada. Si me dejas, tú los vas a matar. Tú los desvanecerás lentamente agresivo, los convertirás en nada. El aire será más que ellos. Porque ambos sabemos que dependen de nosotros, y si tú te vas, no querré que existan. Si tú te vas, ambos seremos asesinos. Ambos tendremos el mismo nivel de culpabilidad. Si tú te vas, me voy a matar. Me vas a matar.

Danubio Azul.

Comida china. Come. Derecho, correcto. Palillos chinos. Sólo una cuchara y un tenedor. Ya es hora de comer. Globo terráqueo. Todos comen más bien apresurados. Gira. Es mejor comer callados. ¿Qué hace un globo terráqueo en esa mesa? Sólo come. Cómelo todo, no desperdicies dinero. Perdí el apetito. Niño histérico. ¿Sólo yo puedo verlo? Silencio interrumpido. Cuidado. Tenedor en el suelo. ¿Por qué hay un niño girando un globo terráqueo sobre aquella mesa? Recoge rápido, inadvertido. Sólo actúa normal. Ese mundo saldrá de su órbita. ¿No acaba nunca este plato? Qué sed. ¿No se cansará nunca? ¿Por qué su familia no dice nada? Al parecer, el histérico soy yo. Se acaba la comida. Se va el globo. Niño hiperquinético. Adiós, mundo. Histérico.

19 de julio de 2008

¿Teléfono? ¿Para mí?

- Toma, te están llamando.
- ¿A mí? ¿Y quién es?
- Dice ser Joyce.

¿Aló? ¡Querido, cómo estás! Sí, ¡décadas! Yo tampoco puedo creerlo. ¿Cómo has estado? Muy bien, muchas gracias. Me alegra tanto -- ¡sí! Pero, ¿cómo supiste que estoy aquí? ¿Siguiéndome? Ah, siempre has sido tan buen detective. Sí, insisto. ¡Policía! Nunca deberías haberte metido a esa porquería de mundo de los políticos. Sí, en fin. Muy bien, gracias... mis niños -- ¡sí! ¡Niños! Tengo una bebita de tres meses que duerme como angelito -- ah, que tierno eres. Sí, y un bomboncito de dos años. No, Stephen, la perdí... No, tampoco pude saber si era niño o niña. Gracias. Es que, bueno, me dejaste cuando recién estaba embarazada... Ajá. Sí, claro. Bueno, en fin... muchas gracias. ¿Y cómo has estado tú? No te creo. ¡Qué bien! ¿24 años? ¿No crees que es un poco jovencita como para...? Sí, los tiempos. Claro. Sí. Entiendo. No, no he vuelto a casar-- está bien. Se entiende. Es que, verás, sigo enamorada. Sí, Stephen... ¿suspiro? Es que no puedo evitar pensar en él. Estamos bien así. No, tranquilo-- no, no te preocupes. ¿Dinero? ¡Ja! ¿Con quién crees que hablas? Extacto. Sí, sí. Gracias. Igual para ti. Claro. Sí, uno de estos días... claro, que estés desocupado... ocupadísimo, me imagino. Sí. Un amor... debe ser. Habrá que conocerla. Sí, o... claro, o en mi casa. Aquí, sí. Me siento menos sola. Vuelve a llamarme, Stephen. Ven a verme. Sólo... deja de mentir.

Sci-Fi

Hace un par de días me sentí extraña. Pero era una extrañeza delgada, no abrazable; una extrañeza poco bienvenida en el mundo de hoy. Era psicológica.
Creo que pueden internarme por escribir estas líneas, pero qué más da... ¿Cómo seguir ocultando que simplemente no pertenezco a este tipo de mundo?
Años atrás, hace casi más de un siglo, se podía tener una vida con acceso al aire libre. Existían parques para los niños, tenían construcciones grandes para correr por ellas y moverse. Sí, moverse. Era una realidad compartida, a nivel virtual y natural. Pero, ¿quién lo arruinó? Nosotros mismos, con la delincuencia y la flojera. Hace un siglo casi no era común ver a niños en los parques, pero la delincuencia seguía aumentando. Como motivo de seguridad, los niños se refugiaban dentro de sus casas, y para que no se aburrieran mientras los padres trabajaban, jugaban con equipos electrónicos. Al final, sentías que tu propio niño era superior en un mundo en el que predominaba la tecnología.
La gente rápidamente dejó de salir de sus casas, sobre todo los niños que desde pequeños acostumbraron a jugar encerrados. No encontraban muchos motivos para salir, pues Internet lo hacía todo. Compras con despacho a domicilio, tarjetas de crédito... Pero hubo un grupo político que, a pesar de sus mínimos recursos y apoyo, persistía en salvar su proyecto "conservador". Ellos daban el ejemplo de seguir saliendo a comprar con efectivo, por lo que en determinado momento fueron ejemplo ilustre de los grupos sociales marginados y rebeldes, pues era en contra del sistema. Pero una vez pasado de moda, nada los pudo volver a levantar. Creo que siguen hasta el día de hoy, pero gastan tanto recibiendo tan poco...
En este mundo es en el que vivo yo.

3 de julio de 2008

Pretend.


Me pregunto qué es lo que piensas cuando jugamos ajedrez.

Ya se derritieron los hielos, el atardecer no espera a nadie...
Pero, ¿qué es eso que piensas? Eso que tus ojos no dejan revelar.
Otro atardecer perdido. Dancemos al ritmo de las agujas nuestra única melodía, lo que nunca se perderá.