-ElectroChemicals- Las falacias de una persona comiendo manzana.
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21 de noviembre de 2007

Eres mi música.

Me haces tan feliz que cuando pienso en ti no puedo evitar cantar.

Lo nuestro.

Lo que más disfruto de nuestra relación es que, aunque siempre improvisamos, cada vez tiene un sentimiento más intenso de por medio.

Metáfora.

A veces me encuentro a mí misma volando más bajo. Siento el rocío de la hierba en mi pecho, refrescante alivio que busca impregnarse mi dolor.
A veces vuelvo a pensar en el pasado, sintiendo cómo la música se va apagando lentamente. Recuerdos como mariposas, van y vienen inocentemente sin perder su belleza.
Pero nunca bajo la vista, ni cuando intento volver a mi presente. Porque ahí estás tú, acompañándome, siempre mirándome a los ojos. Siempre a mi lado, apoyándome.

14 de noviembre de 2007

Hombres.

Y me maquillaré como ellos para aparentar ser uno de ellos.

Beso.

- ¿Qué haces?
- Nada.
- ¿Me ibas a dar un beso?
- ¿Qué?
- Eso. ¿Pretendías besarme?
- ¿Yo? ¿A ti?
- Sí, eso pensaba.
- Deja de soñar conmigo.
- Entonces, ¿cómo llego a darme vuelta y tengo tu cabeza tan cerca a la mía, o tus ojos mirando fijo a los míos?
- Tenías algo en el ojo.
- Ibas a besarme.
- Demonios. Te odio.

Funeral.

Cariño, si tan sólo lograras recordar cómo nos conocimos. A esa edad tan loca... Luego de haber pasado toda una vida juntos, ahora me dejas por una maldita enfermedad. Lo olvidas todo, incluso a mí. Y como si con eso no fuera suficiente...
Nunca olvidaré esa fiesta de año nuevo. Mucha gente en una misma casa, un éxtasis que se contagiaba en el aire... ¿Qué se podía perder? Me pediste mi número, no dudé en dártelo. Éramos jóvenes, los amores eran de un par de días. Quién hubiera dicho que un par de años después nos encontraríamos frente a un altar, yo de blanco y tú de traje. Los dos afirmando con una ingenua sonrisa ese acepto...
La luna de miel fue todo un caso. ¿Recuerdas nuestros planes? Siempre hablábamos de lo bien que lo pasaríamos en Europa, recorriendo países y trayendo regalos. Con suerte salimos de la región, cariño, me llevaste a la playa por unos días para ahorrar para la casa. Por suerte mi familia es grande y nos apoyaron con elementos domésticos.
Eras un hombre tan activo, trabajador. Esforzado como tú mismo. Aunque eso no fue suficiente para evitar a nuestro primer hijo, qué rápido fue todo... éramos tan jóvenes, tan alocados. Parecía todo tan simple.
Bueno, claro que nunca me dejaste por otra. Tu amor era el trabajo, no tus compañeras; y la familia era importante para ti, así que recordabas llegar temprano a casa.
Tampoco olvidaré esas locuras que hacíamos, dejando a nuestros hijos noches enteras solos en casa. ¿Volverías a llevarme a esos lugares exóticos? Me comprarías esas ropas sensuales y seguirías sintiendo esa atracción por mí.
Pero ya no, cariño. Me dejas por ella. Llámale amnesia, llámale alzheimer... es la más infiel por la que podrías haberme dejado. Me olvidas, ¡a mí!, tu única esposa, la que te ha acompañado toda la vida. ¡La que nunca te abandonó, ni siquiera cuando volvías tan cansado a casa! Siempre esperándote, sin importar la hora, siempre intentando complacerte...
¿Por qué me haces esto? ¿Por qué me olvidas, me dejas de lado y luego te vas así, como si no dejaras nada atrás? ¿Es que te he hecho algo, es que no me extrañarás?

Zebra.

Como el sol tiene a la luna y el blanco tiene al negro, como existe el equilibrio existes tú para mí.

3 de noviembre de 2007

Cita.

No obstante, él no la consideraba loca (desgraciada era la palabra que en general le venía a la mente), e incluso cuando hacía cosas que alarmaban a todos, a él le parecía que sólo estaba fingiendo. Tuvo varias crisis a lo largo de los años (un ataque de gritos cuando despidieron a una de las enfermeras, un intento de suicidio, un período de varios meses en que se negó a llevar ropa) y en una ocasión la mandaron a Suiza para lo que llamaron <>. Barber descrubrió mucho después que Suiza era solamente una forma cortés de referirse a un manicomnio en Hartford, Connecticut.



El palacio de la luna, Paul Auster.
Pag. 257.

1 de noviembre de 2007

Vejez anormal.

Si te van a salir arrugas, que sea de tanto sonreír.