Confesiones de una adolescente.

Querido diario:

Sabes, ésta es la primera vez que hago algo como esto. Pero bueno, me lo ha recomendado tanta gente – incluyendo a mi psiquiatra, que debe saber algo más sobre el tema que los demás.

La verdad, no sé por dónde comenzar… aunque es un tema bastante puntual. Por un lado, en mi colegio, me tratan de homosexual. Siendo que no soy cariñosa con las que me rodean ni nada por el estilo, e incluso he tenido novios. Pero así me ven.

Por otro lado, mi familia tiende a desconfiar de mí. Aunque no sé si desconfiar es la palabra, pero… ay, es tan complicado expresarlo. Por más que me defiendan respecto a como me llamen mis compañeras, siempre veo esa chispa de inseguridad en los ojos de mis padres…

El tema, por mi parte, es algo confuso. Los hombres nunca me han sido un problema, de hecho los novios que he tenido me han gustado mucho, y si las cosas no han funcionado me imagino que es por un tema de inmadurez y que a la larga funciona más bien como una simple amistad.

Me gusta pensar en un príncipe azul, que me cuide y me haga sentir bonita. Me gusta arreglarme para salir a conocer gente, y más de alguna vez he tenido éxito y me han llamado para seguir viéndonos. Me gusta fijarme en los hombres, aunque a veces no sé si es por mecánica o por interés real que me fijo en ellos en la calle.

El cuestionamiento comienza aquí. Si bien puedo estar muy a gusto con mis amigos hombres, tengo que reconocer que, hasta el día de hoy, nunca me he sentido mejor que con una amiga en especial. Es que, es tan distinto. Con ella puedo hablar de todo, podemos ver ropa juntas, me hace sentir linda y querida…

Nunca me he sentido atraída por ella como por un hombre, por plantearlo de alguna manera. Pero cuando estoy con ella y le tomo la mano o la tengo más cerca, se me acelera el corazón y siento como la sangre se me va a las mejillas. La aprecio mucho, pero ¿por qué todo ese revoloteo?

Me niego rotundamente a que me guste una persona de mi mismo sexo, pero ya ni sé porqué. Supongo que es esa presión por parte de todos, de la sociedad en general… esa falta de comprensión por parte de todos. De todos, menos de ella. Sé que ella me apoyaría siempre, independiente a mis sentimientos, aunque ella no sintiera lo mismo. Porque ella me cuida, y nunca tendría con ella los problemas que puedo tener con un hombre…

Vaya, he logrado sacar mucho de muy adentro. Ahora el problema no es el no querer seguir escribiendo, sino el qué seguir escribiendo. No sé nada más que esto, y ha sido un gran avance… Espero tener el mismo o mayor éxito para la próxima vez – si es que la hay, claro está.

Gracias…